martes, 31 de agosto de 2010

T I E M P O

El tiempo, pese a lo que muchos puedan llegar a pensar ni cura ni llegara nunca a sanar las heridas¿El tiempo?El tiempo es absurdo, el tiempo simplemente es un factor, una cantida ingente de segundos,minutos,horas,días…Es algo con lo que tenemos que vivir¿Tiempo?¿De que sirve?Hace sufrir,asusta,crea esperanzas y hace que pensemos que TODO es posible,cuando en realidad no es así.Ya no es solo que me sienta estupida, ya no es que no sepa que hacer, ya no tiene nada que ver que me equivoque constantemente,ya no es que no quiera.Sino que quiero sin querer.Llega un punto que ni el pensar alivia.Ojala pudiera dejar de hacerlo y asumir que no todo es tan facil,que llevo pensando esto dias y meses y que no existe un segundo que no me arrepienta y me sienta imbecil por todo lo que hago.Es imposible que exista un equilibrio perfecto entre el tiempo y yo.IMPOSIBLE.Pero bueno,al fin y al cabo nada es eterno y simplemente somos viento,somos tiempo…

sábado, 21 de agosto de 2010


Nos conformamos en vez de arriesgarnos, sin pensar que cada día que pasa, no volverá.Intentamos alterar el orden logico de las horas para ganarle un par de minutos e intentamos forzar las manecillas del reloj lagrima a lagrima,golpe a golpe.Tenemos el poder cuando estamos convencidos,y convencemos cuando tenemos el poder.Observamos en vez de reaccionar.Cambiemos nuestra forma de vivir,vivamos sin pensar,pensemos en vivir...

lunes, 7 de junio de 2010

CAPÏTULO II

Se dio una ducha lenta,se embadurnó el cuerpo con una crema hidratante que había comprado hacía meses y que ninguna mañana hasta hoy le había dado tiempo a estrenar. Decidió que era el mejor momento para ponerse el vestido rojo, otro capricho que colgaba en el armario, aún con la etiqueta puesta.
Cuando se miró en el espejo le costó reconocerse, pero se gustó. Rió abiertamente. Un toque de mascara de pestañas y otro de carmín y lista para la cita. "La cita", se dijo para sus adentros, ni siquiera él sabe que tenemos una cita. . . y también esa idea le hizo sonreír.
Bajó las escaleras lentamente, complaciéndose en mirarse la puntera de sus zapatos y notando lo agradable del roce de la seda de su vestido en sus piernas.
Con paso decidido se encamino al puesto de periódicos
Cuando llego al puesto oteó por encima el cúmulo de periódicos que el quiosquero tenía en la mesa. Era un puesto bastante insulso, un par de sillas hacían de soporte a unas tablas donde maduraban los periódicos todo el día hasta llegar a la noche, cuando el quiosquero vendía por un módico precio la mercancía no adquirida por los clientes durante el día .El quiosquero era bien conocido por todo el barrio. Chapucero, cascarrabias y poco inteligente eran algunas de las lindezas que se podían escuchar en los corrillos de los domingos al salir de misa. Pero ante todo, para ella siempre había sido el quiosquero de abajo y siempre había sido fiel a él .Su cita estaba sentado junto a las escaleras como cada mañana, fumaba tabaco liado mientras limpiaba lo que quedaba de sus gafas con las mangas de la chaqueta de lana roída por los años.

lunes, 31 de mayo de 2010

Capitulo I

Como cualquier día de los últimos años, lo primero que hizo al levantarse fue acercarse al ventanal que daba a la ancha plazuela. Como cualquier día de los últimos años se quedó durante un par de minutos mirando el paisaje y al paisanaje.

El primero era inamovible, años sin que ni siquiera el Ayuntamiento hubiera abierto una zanja o plantado un árbol. El segundo era más cambiante, aunque solo fuera por el transcurrir de las estaciones lo que obligaba a que la gente mudara el atuendo, no así las actividades que a esa hora eran las mismas. Madres llevando a sus hijos al colegio, trabajadores descargando la mercancía en las puertas de los comercios que se extendían a lo largo de los soportales.

Hoy había decidido no ir a trabajar. Llamó a su jefe para decirle que se encontraba mal. Hoy quería saber cómo se movía la gente, qué hacía aquel hombre que cada mañana se sentaba junto al puesto de periódicos de los soportales .Era un hombre bajito, flacucho, castigado por el paso de los años.Mil y una arrugas adornaban su tostada piel y una nariz un tanto aguileña soportaba el peso de unas gafas a las que le faltaba un cristal y le hacían unos ojos pequeñísimos. Nunca nadie había reparado en él, excepto ella .Le parecía un personaje curioso, impregnado del ambiente provinciano que destilaba la ciudad .Además se había dado cuenta de que aquel hombre podía adivinar solo con ver a cada persona que tipo de periódico iba a adquirir. Según le había escuchado hablar un día, decía que él no lo adivinaba moviéndose por prejuicios si no por actitudes. Eso le sorprendió bastante y como no tenía nada que hacer durante la mañana decidió que hoy sería el día en el que cruzaría más de dos palabras con aquel hombre.

martes, 27 de abril de 2010

Para Ti

Puedo cerrar los ojos
lejos de las pequeñas sonrisas que conozco.
Escuchando estos ruidos recién llegados.
Viendo esas caras nuevas.

Como si de pronto
los mil lentes de la locura
me transladaran a un planeta ignorado.

Estoy lleno de voces y de colores
que juraron acompañarme hasta la muerte
como amantes resignadas
al breve paso de mi eternidad.

Sé que hay recuerdos que querrán abandonarme
sólo cuando mi cuerpo hinche un hormiguero sobre la tierra.
Sé que hay lágrimas largamente preparadas para mi ausencia.

Sé que mi nombre resonará en oídos queridos
con la perfección de una imagen.

Y también sé que a veces dejará de ser un nombre
y será un par de palabras sin sentido.

Estoy lleno de voces y de colores.
Unas veces recogidos en el sonambulismo
de la marcha.
Otras, inventados tras mi propia soledad.

Con ellos se integrará un cortejo final de despedida.
Se cambiarán en lágrimas y palabras piadosas.

Pero hoy, en medio de lo que todavía no he podido amar;
evoco a los marinos encerrados en las paredes altas de
la tormenta;
a los soldados caídos sobre hierbas lejanas;
a los peregrinos que duermen bajo la sombra de árboles
innominados;
a los niños que yacen contemplando el yeso de los
hospitales
y a los deseperados, que entregan el último gesto
frente al paisaje final e instantáneo de la demencia".

Homero Manzi (Argentina, 1907-1951)

domingo, 14 de marzo de 2010

Algo que contar


A veces nos sentamos ella y yo en aquella plaza para pensar, o mejor dicho para mirarnos a la cara. Solo desde ese punto puedo sentirla.A veces cuando me siento frustrada , sola , agobiada ; la miro y veo en ella millones de sentimientos tan parecidos a los míos...que me da miedo . Ella me ama lo se ,quizás es porque aquella estatua esta tan sola como yo quizá solo por eso...

domingo, 7 de marzo de 2010

Algún día va a escampar...

hace cosa de varios meses me clavaron la mirada más impactante, sugerente y atrevida que jamás recuerdo haber observado.
Lo que pasó fué que disfruté de la historia más pasional que jamás antes había conocido.Pero como ya es bien sabido,todo lo intenso como el café, es corto porque si no da dolor de estómago.