miércoles, 15 de diciembre de 2010

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Cuando los sueños se le complicaron, en su mundo hubo abismos, esa clase de huecos que le hacían pensar siempre de modos diferentes, entonces lloro, grito, desgarro sus manos en suplicas mudas, atragantadas, despechadas para una vez mas comprender que solo podía crearse a si misma.
Que fácil parecía. Que estupida inocencia le hacia una vez mas creer. Que clase de optimismo autodestructivo era este de creer y creer…pero si… A veces en su mundo volvían los sueños y a veces no había abismos

1 comentario:

sriesco dijo...

'Qué clase de optimismo autodestructivo era ese de creer y creer...'
Genial!